Ha hecho falta esperar para poder escribir una entrada más completa sobre la Supercopa, que ha dado inicio a la temporada, y de qué manera. Espectáculo del bueno y del no tan bueno ha sido lo que nos ha dejado ver el torneo disputado entre Real Madrid y Barcelona.
En lo puramente futbolístico se habló de un gran partido tanto en la ida como en la vuelta. Estoy de acuerdo en el segundo caso, pero la falta de fútbol visitante en el Bernabeu, dejó un encuentro demasiado desigualado, a pesar del empate, para llamarlo "partidazo" y titular con "Puro fútbol". El Barcelona no logró hacer funcionar su mayor baza, la posesión, debido a que el equipo de Mourinho consiguió cortar las jugadas contrarias desde el inicio de las mismas. En sus intentos de lanzar ataques rápidos los jugadores blancos llegaban a truncar el juego con faltas, muy criticadas en el post partido.
La vuelta volvió a mostrar protagonismo blanco y a pesar de que los de Pep Guardiola se encerraron en muchas fases del encuentro, retrasando incluso la devolución de balones al campo, mostraron mejor cara que en la ida. El partido del Camp Nou permitió que Cristiano rompiese un supuesto gafe en el Camp Nou, de cuatro partidos sin marcar. Al portugués no dejan de buscarle estadísticas desfavorables ridículas. Pronto se hablará que nunca ha marcado un gol entre el minuto 72:20 y el 74:07 de un encuentro disputado después de las 17:00 horas, horario del Pacífico. Y volverá a romper ese récord. Lo mismo ocurrió con Benzema. Caso contrario es el de Lionel Messi, que sigue aumentando una estadística demoledora contra el Madrid.
Lo que hizo grande a estos encuentros fue la intensidad con la que se disputó cada balón y cada centímetro, que hacía el pestañear un pecado para los amantes del fútbol. Dejando de lado las decisiones de los árbitros el Barcelona tuvo el acierto y la suerte necesaria para ser campeón, algo que forma parte de este deporte y lo engrandece. Pero para afirmar que es justo vencedor haría falta abstraerse de las decisiones de quienes juzgan lo que ocurre en el césped.
Lo que hizo grande a estos encuentros fue la intensidad con la que se disputó cada balón y cada centímetro, que hacía el pestañear un pecado para los amantes del fútbol. Dejando de lado las decisiones de los árbitros el Barcelona tuvo el acierto y la suerte necesaria para ser campeón, algo que forma parte de este deporte y lo engrandece. Pero para afirmar que es justo vencedor haría falta abstraerse de las decisiones de quienes juzgan lo que ocurre en el césped.
Es difícil analizar la trascendencia de los colegiados en el resultado final de la eliminatoria, y reconozco estar narcotizado con los arbitrajes que han favorecido al Barcelona. Ahora todo me parece poco. Sin embargo, en los Clásicos, cada vez más, se mira con detalle cada decisión del árbitro. Y sus decisiones no suelen complacer, entre otras cosas porque no suelen acertar. La pregunta es: ¿qué fue antes, el huevo o la gallina?
Lo que no se puede hacer, sin embargo, es proporcionar una imagen tan sesgada del asunto, mintiendo a la gente y ocultando la mayor parte de los hechos. El dedo en el ojo de Mourinho a Tito Vilanova (rebautizado y más conocido de ahora en adelante como Pito, debido a un ¿fallo de memoria del luso?), ha sido lamentable y ha llegado a quitar protagonismo al partido y al trofeo, pero no debe ser visto fuera de todo lo que ocurrió allí hasta llegar a tratar el tema como si fuese lo único que sucedió. En ese sentido se ha expresado estupendamente Antonio García Ferreras.
Asunto aparte es el de culpar a Mourinho de todos los males y modos de ambos bandos, algo que ya ocurre con los incidentes de Canaletas, el pan de cada día por allí desde que el mundo es mundo. Los percances en el Camp Nou llevan pasando desde que tengo uso de razón e incluso mucho antes y ya se les ha visto el plumero en muchas ocasiones. Desde retirarse de torneos hasta el famoso chochinillo contra Figo, hecho por el que sancionaron al estadio blaugrana con el cierre, y que más tarde desapareció en el olvido hasta el perdón. Cabe recordar un mecherazo a Roberto Carlos en 1997, con Mourinho en el banquillo del Barcelona... y un largo etcétera.
En ese amplio espectro de a lo que me refiero sirva como ejemplo esta eliminatoria en concreto, tangana incluida, pero vislumbrado todo y no únicamente lo que en principio han ofrecido los medios, que ya han recibido las críticas oportunas, aunque quizás no suficientes. El caso es que hay que realizar un gran esfuerzo para enterarse de todo lo que pasó allí. Voy a intentar exponer una recopilación de lo que he visto desde el partido de ida que ha estado más que fuera de lugar:
- Messi, un habitual en estos casos, levanta el brazo frente al público del Bernabeu, tras el gol de Villa. Ya es un experto en provocar a la grada blanca, tanto después de un gol enseñando el escudo al público rival, mostrándolo también tras marcar otro tranto y de nuevo en el 2-6. Pero no necesita goles propios o ajenos el argentino para mostrar su descaro y poca educación. Sirva de ejemplo el balonazo que el 10 del Barcelona mandó contra la afición blanca, risita incluida después.
- Valdés, tan deportivo como de costumbrte, hizo un penalti de escándalo a Cristiano, sacando el brazo para tirarle sin el balón en juego. No contento con ello declaró en zona mixta que había sido el portugués el que le golpeó a él... El portero ya tiene experiencia en penaltis no pitados a Ronaldo y sabe por dónde van a ir los tiros con el árbitro, que una vez más, fue el único que no vio lo sucedido.
- Haciendo ejemplo de la deportividad culé y del buen teatro de la Ciudad Condal, Messi hace una de las suyas, de esas que más tarde favorecen que se critique el juego duro madridista. Piscinazo y rayo en la pierna. Tres semanas de baja y su fútbol no volverá a ser el mismo.
- Dani Alves provocó un déjà vu en una entrada de Pepe, que a mi parecer no fue ni de lejos tan dura como la pintan. Ya se vivió algo muy parecido la campaña pasada. No hay espacio ni tiempo material para hablar de todo lo que ha fingido el lateral durante su no demasiado larga carrera. Pero con Pepe ha superado ya su actuación en 'El origen del planeta de los simios', en la que también estuvo muy bien. Que nadie tome esto por racismo ya que no hablo del color de su piel sino de la forma de su cara y la manera de comportarse.
- Messi, al que no le vale el protagonismo de sus goles o asistencias, escupió delante de Mourinho. Reincidente en eso de escupir a un rival, en lo que tiene experiencia. Que se lo pregunten a Duda. Otra más para la larga lista del heredero de Maradona. Habrá que dedicar más de un capítulo a ello en su biografía, y cada vez es más motivo de sospecha el que nunca le hayan expulsado.
- No ayuda tampoco a hablar bien del Barcelona otro gesto del niño mimado, que tras el gol ya estaba pensando en cómo mostrar sus malos modales y se dirigió al banquillo blanco a mandarles callar, celebrar provocando y pelearse con Coentrao.
- Y llega el momento estelar, el de la tangana. Entrada dura de Marcelo a Cesc y discusión monumental con imágenes nada deportivas por parte del Barcelona y el ya mencionado dedo en el ojo de Mourinho al segundo de Guardiola. Pero el problema es que fuese ése el único hecho del que se hiciesen eco los medios. Está claro que es el más llamativo, por su protagonista y por lo ridículo de la situación, a la par que criticable. Afortunadamente ya va llegando poco a poco lo que ocurrió alrededor de todo aquello.
Pito Vilanova ya había mostrado su poco agrado por Mourinho, hablando mal del luso en una entrevista en noviembre del año pasado. Le acusaba de querer sentirse protagonista. Cree el ladrón que todos son de su condición, dice el refranero español, y con razón. Durante el encuentro tanto él como su superior, Guardiola, provocaron a jugadores y cuerpo técnico blanco, llegándoles a llamar "banda de hijos de puta". Fue el mismo el que salió a gritar al banquillo visitante nada más cometerse la entrada de Marcelo. Para terminar, y basándose en una versión exagerada del "ojo por ojo", le dio un tortazo a Mourinho, además del empujón previo.
Otros insultos, empujones y demás historias relatadas aparte, el puñetazo de Villa a Özil es de lo poco que dejan ver claras las imágenes. La cosa acabó con los dos expulsados, uno por pegar y el otro, ¿por recibir? Uno más a la lista de jugadores entrenados por Mourinho expulsados frente al Barcelona. Habrá que ver si en los próximos días llegan nuevos vídeos o fotos para ver que más ocurrió allí.
No comento cada jugada del partido polémica y cada decisión arbitral. Está claro que fuera quedan el penalti de Marcelo a Pedro en la ida o, ya en la vuelta, la entrada de Xavi (que se atrevió a volver a hablar de justicia, un clásico entre los Clásicos) a Coentrao o la de Iniesta en la que se reclamó la amarilla. Tampoco la pugna entre Messi y Marcelo que acabó con Cristiano y Mascherano amonestados.
Buscando siempre qué achacar a la actitud del Real Madrid, se le achacó que no estuviese en la entrega de trofeos. Se ve que hay quien quería más pelea a pesar de que las fuerzas de seguridad del estadio les pidieron a los madridistas que se marchasen para evitar conflictos. Además, cito declaraciones de la web de MARCA por parte de la federación, que explican la situación:
Desde la Federación, sin embargo, entienden la postura de los blancos: "No existe un protocolo que les obligara a estar en el terreno de juego. En la Copa del Rey sí se debe hacer porque el trofeo se recoge en el palco y el subcampeón recoge su medalla. Pero en la Supercopa y teniendo en cuenta lo que había acontecido es normal que el Real Madrid se retirara al vestuario cuando no tiene nada que celebrar", manifestó Miguel Angel López, coordinador de partidos de la RFEF en Radio MARCA.
La imagen posterior no fue mucho mejor. Lejos de asumir culpa desde el Barcelona se echó más leña al fuego con una foto burlándose del 5-0 del año pasado a los blancos. Piqué ya mostró su mal ganar en el 5-0 que recibieron los blancos y desde entonces se han hecho más fotos refiriéndose al tema, llegando incluso a realizar una campaña por toda la ciudad. Ahora, Valdés ha repetido posando junto a Iniesta mostrando la manita.
Tampoco dice mucho a favor de los jugadores del Barcelona, el que se cargase ante los medios contra el rival, como si fuesen los otros los que crean mala imagen y muestran actos antideportivos. Así se manifestaron Piqué y Xavi. Es de suma sencillez comentar sólo lo que hizo Mourinho y criticarle únicamente a él, y ante eso sucumbió Vilarrubí, vicepresidente del Barcelona.
Sobre estos partidos hay mucho que comentar y no todo es tan fácil como para reducirlo al dedo de Mourinho. Entiendo que es la principal noticia, que es el hombre el que muerde al perro, que el protagonista es carne de medios y que meter el dedo en el ojo llama más la atención que un puñetazo, pero no se trata sólo de contextualizar sino de no ocultar el resto.
Y que nadie se confunda, no estoy de acuerdo con la acción del entrenador portugués, que no es justificable ni aunque la falta la hubiese cometido Cesc sobre Marcelo, pero no ni por asomo se trata del hecho más reprochable. No se puede sacar como conclusión de estos encuentros, o más bien desencuentros, que el Real Madrid manchó su imagen. Hubo empujones (y seguramente insultos) por ambos bandos pero unos fueron más antideportivos que otros.
Messi protagonizó muchas de las acciones de ese índole, una vez más. No estaría mal que en Barcelona contratasen a alguien a alguien que enseñe modales al futbolista más malcriado que han visto mis ojos. Y de paso a unos cuantos de sus compañeros. Sería una buena noticia para ellos y para el fútbol. Nunca es tarde para corregir y desde aquí dejo como sugerencia a la famosa Supernanny (no confundir con Nani, del Manchester United) o Hermano Mayor.
Que digo yo que si los peregrinos y los laicos se increpan mutuamente en Madrid, la imagen que sale dañada es la de ambos, no la del único de los dos bandos que tiene buena fama en esos asuntos. Por ello los aficionados de otros equipos o antimadridistas no deberían usar como crítica la lástima que dicen sentir por lo dañado que resulta el equipo blanco, que no cuela. Y lo de poner la otra mejilla está muy bien las primeras veces pero acaba doliendo y te toman por tonto, algo que está empezando a pasar visto lo que se dice y lo que realmente sucede.
Sobre estos partidos hay mucho que comentar y no todo es tan fácil como para reducirlo al dedo de Mourinho. Entiendo que es la principal noticia, que es el hombre el que muerde al perro, que el protagonista es carne de medios y que meter el dedo en el ojo llama más la atención que un puñetazo, pero no se trata sólo de contextualizar sino de no ocultar el resto.
Y que nadie se confunda, no estoy de acuerdo con la acción del entrenador portugués, que no es justificable ni aunque la falta la hubiese cometido Cesc sobre Marcelo, pero no ni por asomo se trata del hecho más reprochable. No se puede sacar como conclusión de estos encuentros, o más bien desencuentros, que el Real Madrid manchó su imagen. Hubo empujones (y seguramente insultos) por ambos bandos pero unos fueron más antideportivos que otros.
Messi protagonizó muchas de las acciones de ese índole, una vez más. No estaría mal que en Barcelona contratasen a alguien a alguien que enseñe modales al futbolista más malcriado que han visto mis ojos. Y de paso a unos cuantos de sus compañeros. Sería una buena noticia para ellos y para el fútbol. Nunca es tarde para corregir y desde aquí dejo como sugerencia a la famosa Supernanny (no confundir con Nani, del Manchester United) o Hermano Mayor.
Que digo yo que si los peregrinos y los laicos se increpan mutuamente en Madrid, la imagen que sale dañada es la de ambos, no la del único de los dos bandos que tiene buena fama en esos asuntos. Por ello los aficionados de otros equipos o antimadridistas no deberían usar como crítica la lástima que dicen sentir por lo dañado que resulta el equipo blanco, que no cuela. Y lo de poner la otra mejilla está muy bien las primeras veces pero acaba doliendo y te toman por tonto, algo que está empezando a pasar visto lo que se dice y lo que realmente sucede.
No hay comentarios:
Publicar un comentario