Durante los últimos años he tenido la sensación de que la temporada futbolística comenzaba con la disputa de la Community Shield. No sabría decir por qué, pero a partir de ese momento daba la impresión de que ya no se estaba en pretemporada sino que se había iniciado la campaña. Hoy la han disputado los dos grandes de Manchester y el United se erigió vencedor en un gran partido frente al City, que evidencia que el problema de estos no es que falte de "un centrocampista y un extremo" como ha manifestado Mancini, sino la propia falta de un técnico competente. Su planteamiento hoy fue una ofensa a los jugadores de los que dispone, de tremenda calidad. Aunque el italiano siempre quiere y pide más.
También este fin de semana se ha disputado la Supercopa italiana, en la que el Milan remontó en la segunda parte ante un Inter que desapareció tras el descanso. Ya hace, por otro lado, dos semanas desde que el Schalke alzó la Supercopa alemana.
Pero la temporada española todavía no ha comenzado. Al menos eso pensaba hasta leer declaraciones de Xavi, un jugador que ha ido ganando en fútbol con el paso de los años, a medida que su ego se multiplicaba para alcanzar límites insospechados en una rivalidad interminable con su propia chulería. Porque, según se entiende de sus palabras, todo lo que no salga de sus pies, o de alguno de sus compañeros, no merece ser calificado como fútbol. Y si aquellos que practican otro deporte, que no fútbol, saliesen vencedores en el electrónico (que por supuesto no evidencia qué equipo es el ganador), sería una deshonra para ese juego. Ha de proclamarse pues la idea de JUSTICIA para explicar cada victoria blaugrana, no importando cuáles sean los méritos del rival.
En esa línea ha manifestado el centrocampista español, en una entrevista con RAC1, con la Supercopa de fondo: "No hay que mirar en otro lugar más que en casa, tenemos la sartén por el mango y somos la referencia en el fútbol". También mostró su faceta bipolar al hablar del torneo en Mundo Deportivo. Primero hablando de su importancia: "Es el primer título, es el Madrid, nos jugamos bastante...". Más tarde, cambió de parecer, y le restó repercusión al tema, viendo quizás el nivel de cada equipo en la pretemporada: "Mucha trascendencia no puede tener porque no es uno de los torneos más destacados".
El jugador del Barça no debió conformarse con su arrogancia de hace dos semanas, cuando quiso explicar en una entrevista con Süddeutsche Zeitung que sólo los elegidos entienden el fútbol: "Del 95% de las personas a las que les gusta el fútbol, sólo un 2% lo entiende. Uno de mis mejores amigos es un fanático total, lo ve todo, lo sabe todo. Pero no tiene la menor idea. No es tan fácil". Tampoco se cortó al narrar las cualidades de su juego: "No puedes defender el juego directo. Puedes cubrirme, pero cuando el balón llega a mi pie, ¡pum! Me adelanto, ¿y el defensa? ¡Imposible! Eso es lo que no pueden defender". Por supuesto, lo que no se ve es incluso mejor: "A veces le digo a Pep: deberíamos grabar esto, nuestros entrenamientos. Son mejores que cualquier partido, mucho mejores".
Es extraño lo desapercibidas que han pasado estas declaraciones de Xavi, que ha dado el pistoletazo de salida a la temporada en España. Continuará en la Supercopa entre los dos mejores clubes del planeta. No ya del país, sino a nivel mundial, por lo que mostraron el año pasado tanto ellos como sus rivales. Se habla mucho de "la otra liga" para referirse a los equipos del campeonato español al margen de los dos grandes. A este paso, y si Xavi mantiene su juego, incomprensible e inalcanzable, pronto se hablará de "la otra Champions".
PARECIDOS RAZONABLES

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